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Loma del Gallo 20110227 |
domingo, 27 de febrero de 2011
Venezuela arrasó en la Vuelta Independencia

sábado, 26 de febrero de 2011
Viaje a las Pirámides
miércoles 23 de febrero de 2011
Viaje a las Pirámides con los Trazabosques
Yo esperaba a mis padres en la escuela. Nos íbamos de viaje a un sitio llamado Valle Nuevo, mi mamá, papá y hermano montarían bicicleta mientras yo me iba en la camioneta Ford con un chofer, llamado Carlos, de Agua Gericó. En el camino tenía un aburrimiento total, traté de entretenerme con un libro, pero después de un par de horas me aburrí otra vez. Suspiré profundamente y le dije a mi padre,
-¿Papi cuanto falta pa’ que lleguemos?
Mi papa rió y dijo:
-Dominique, ya casi llegamos...
Anjá, si claro, ya casi llegamos… Habían pasado dos horas después de que mi papi me había dicho que casi llegábamos. Traté de dormirme en el camino pero sólo conseguí marearme. Miré para afuera y me entretuve un poco con la vista. Mi papi y mami siempre me dicen que si voy en un camino largo que disfrute de la naturaleza. Lo importante no es llegar a la cima de la montaña, si no, disfrutar y gozar del camino hacia la ella.
-¡Ya han pasado cuatro horas! Exclamó mi hermano. Yo asistí con la cabeza y, de nuevo, suspire...nunca me han gustado los viajes largos. Por el resto del camino miraba y “gozaba” de la vista. Seguí leyendo mi libro hasta que llegué a un punto que no podía parar de leer. "Hmm...necesito mi iPod", pensé, busqué a mi alrededor pero no encontraba el aparato de música. Oops, lo dejé en la casa.
-Seis horas... Explicó mi hermano dos horas después.

-No importa porque ya llegamos, dijo mi papá. Una sonrisa en su cara.
Máximo (un ciclista que iba con nosotros), nos explicó cómo llegar al hotel "El Barcón". Cuando llegamos mi expresión cambio de alivio a horror. ¿En éste hotel nos quedaríamos? El hotel era como una casita blanca de dos plantas, lo que yo no sabía era cómo eran las habitaciones.
Después de que mis padres hicieron el check in, subimos por las escaleras, la bulla de los motoconchos y música hacían que los tímpanos de mis oídos se explotaran.
-Tremenda bulla que hay aquí... Dijo mi mamá, suspirando.
Me reí en silencio y seguimos caminando por el pasillo del “hotel”.
Cuando encontramos nuestra habitación, la #20, mi hermano y mi papá fueron a buscar los bultos.
Yo miré a mi mami y ella me miró con una sonrisa penosa.
-¿Y estarán limpios los colchones? Pregunté, mirando a las dos camas que estaban en la pequeña habitación.
-Qué se yo... Me respondió mi mami.
Nos reímos del pequeño hotel y nos acostamos en las camas, mientras mi papi, hermano, Máximo y Carlos (el chofer) se fueron a cenar.
A la mañana siguiente.
-¡PULL, PULL, PULL! Escuché a mis padres decir en la madrugada.
-¿Qué fue? Pregunté asueñada.
Mis padres se rieron y mi mami me dijo:
-Tú y Gabriel estaban hablando mientras dormían, y tú dijiste "¡PULL, PULL, PULL!" y después Gabriel dijo algo en inglés y tú le respondiste.
Nos reímos todos y empezamos a cambiarnos para ir a desayunarnos y luego ir a Las Pirámides.
El camino hacia Las Pirámides fue aún más largo que el anterior, pero esta vez... ¡me entretuve! También descubrí que Alexandra (La trabajadora de mi casa) puso mi IPod en mi bulto. Me tiré arriba mis audífonos de ROXY y empecé a escuchar mi música preferida.
Carlos iba manejando mientras mi hermano y yo estábamos sentados atrás. A veces me asustaba pasar por barrancos o estar en callecitas muy estrechas. Cada vez que algunas de estas calles venían yo cerraba los ojos y miraba a cualquier sitio que no fuese los barrancos o callecitas.
Mi mami y papi iban delante de nosotros en las bicicletas, llegó un momento en que mi mami dejó que Gabriel (mi hermano) montara un poco en su bicicleta...mi hermano se cansó como tres subidas después. Mi mamá se rió, tomó la bici y siguió montando. Mi papá se quedaba atrás para esperar a mi mamá, a veces se iba muy delante y esperaba a que llegara una bajada y bajaba a una velocidad inmensa hacia mi mami.

Como 30 kilómetros después, mi mami se montó en la camioneta con nosotros y vimos a mi papi quien dijo:
-Se pueden ir alante y esperarme allá arriba.
Habían pasado como treinta minutos y mi papi no se asomaba por ningún lado.
-Vamos a pararnos aquí y esperar a Moisés - Dijo mi mamá. Nosotros dijimos que sí y mi hermano, Carlos y yo fuimos a explorar esa parte de la montaña. Mi hermano se subió en una roca grandísima y gritó:
-¡¡¡HOLA!!!!
Mi mamá me dijo, -¿Y dónde es que está el loquito?
Yo me reí y le respondí - Inventando, se subió en una roca allá. Y le mostré dónde estaba Gabriel.
Después de un buen rato desde que mi papá no llegaba, entonces Gabriel y Carlos se fueron caminando a tratar de encontrarlo. Media hora después se aparecieron mi hermano, Carlos y mi papi con un abrigo que no era de el.
-Yo sabía que le iba a dar frío a él. Dijo mi mamá.
Seguimos nuestro camino en la camioneta y mi papi el suyo en su bicicleta.
Por fin habíamos llegado a Las Pirámides...buehhh que friazo hacía ahí. La temperatura estaba como en 55 grados fahrenheit (12 celcius).
-Wepaa, que frío. Dije yo.
Empezamos a armar la casa de campaña y después de un rato llegó mi papi en bicicleta y nos ayudó a terminar de armarla. Luego que la armamos, comimos carne de barbecue, arroz y yuca. Era un alivio que todo estaba caliente... ¡¡nos merecíamos el calor!!
Nos quedamos hablando y disfrutando cuando Ray (el jefe de los Trazabosques que planeó el viaje dijo:
-¡Oye americana! Ven acá pa’ tirarte una foto...siéntate ahí...anjá ahí mismo. El era súper divertido, siempre le decía a la gente “¡Americana (o)!”, a mi hermano le daba un ataque de risa... ¡¡¡realmente era MUY divertido y gracioso!!!
Cuando llegó el anochecer, comimos un sancocho que estaba para lamerse los dedos... ¡¡ME COMI DOS PLATOS DE SANCOCHO!! No había excusa de no comérselo. Después de comernos el sancocho, nos fuimos a dormir...espero que duerma bien y me sueñe con los angelitos...pensé muerta de frío.
¡¿¡¿ANGELITOS?!?! Será diablitos...no pude dormir PARA NADA. Había un frío que se estaba entrando por mis huesos. Aparte de eso, debajo de mí tenía como una lomita en la parte que estaba acostada y me molestaba en la espalda. Al parecer nadie más podía dormir, porque todos se levantaron ¡a las 2:00 de la mañana! Había un hombre que no paraba de decir:
-¡Papá, tráeme un chin de agua que tengo sed! ¡Papá, tráeme un chin de chocolate que tengo frío!
Después de mucho moverme, mi papi me acurrucó y me pude ir a dormir.
Al amanecer, todos tenían frío. Acabábamos de descubrir que habíamos dormido en una temperatura de 5 bajo cero. Todo estaba lleno de hielo y el suelo de escarcha. La hierba, los carros, las bicicletas, hasta las licras de los ciclistas que se habían quedado afuera estaban congeladas como piedras. ¡Eso fue espectacular!
Nos desayunamos chocolate caliente con galletitas de soda, pan y huevo. El desayuno estaba riquísimo. Estábamos planeando que después de desayunar nos íbamos para una actividad relacionada con la muerte del Coronel Caamaño.
En la actividad mucha gente disparó con pistolas. El sonido hacía que temblara...pero to’ era para el Coronel Caamaño. Honor para los que lo merecen.
Ya era hora de que nos fuéramos. Nos montamos en la camioneta y arrancamos para Sosúa. Este fue un fin de semana que nunca olvidaré. Todo lo que hice valió la pena, y si me preguntan que si iría otra vez, mi respuesta sería automática:
- ¡CLARO AMERICANO!
Dominique Muñiz
viernes, 25 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
SE BUSCA!

domingo, 20 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
QUE DESCANSE EN PAZ, QUERIDO JOHN

Con mucho dolor el fallecimiento de nuestro gran amigo y colaborador "John Figueroa". Nos unimos al dolor que embarga a toda su familia y esperamos que acepten con resignación este desenlace como una decisión del todo poderoso.
QUE DESCANSE EN PAZ, AMIGO JOHN.
Sus restos serán expuestos en la Funeraria Blandino de la Abrahan Lincoln a partir de las 4:00 pm de este dia.
MTBdominicana
16 de febrero del 2011
martes, 15 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
lunes, 7 de febrero de 2011
Clasico de Campeones 2011
La salida será desde Rancho Baiguate, Jarabacoa el 20 de febrero a las 9:30 AM.
El congresillo del Clásico será el sábado 19 de febrero a las 6:30 PM en el comedor de Rancho Baiguate.
Las inscripciones estarán abiertas a partir del lunes 7 de febrero y se cerrarán el jueves 17. Necesitamos tener toda la información de los participantes con anterioridad para poder brindarte una mejor organización.
La inscripción tiene un costo de $350. Esto incluye: camiseta del Clásico, # del corredor que será utilizado durante todo el campeonato 2011, participación en la rifa de bicicletas en el Clásico, abastecimiento y refrigerios.
Recorrido A: 43 Kms para Elite, Juveniles, Sub-23, Master A y Master B.
Recorrido B: 30 Kms para Sport, Heavy Weight, Damas Elite, Damas Sport, Pre-juveniles, Master C.
Recorrido C: 10 KMS para Infantil A, B y C.

Premiación:
-Trofeos para los primeros tres lugares de las 14 categorías participantes.
-Uniformes para los primeros tres lugares de las 14 categorías.
-Obsequios de patrocinadores a los primeros tres lugares de cada categoría.
-1 Bicicleta para el mejor tiempo del Clásico.
-Se rifarán dos bicicletas entre los participantes.
Visita: www.clasicodecampeones.com
domingo, 6 de febrero de 2011
Ruta: Febrero 06 / 2011
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Pto Pta - Juan de Nina 20110206 |
En esta ocasión 8 Manaties recorrimos la ruta acostumbrada de todos los domingos, Michelle Alvarez, Frey Lantigua, Tony Brito, Josué Melo, Pablo Santana (Francés), Leandro Sánchez (El Atleta), se unió al grupo en Montellano Máximo desde Cabarete y un servidor José E. Sánchez.
La ruta realizada fue la siguiente: Reunión en la mañana en la Bomba Shell frente al estadio José Briceño (7:00 AM), se hizo el siguiente recorrido Puerto Plata - Gran Parada - Montellano - Los Tanques - Cementerio de los Muertos - La U - Juan de Nina - Mosovi - Muñoz - Puerto Plata. El recorrido fue excelente ya que dicha ruta incluye de todo, unos ascensos increibles (subida), Muchaaaaaas piedras, tantas que hay que ir cambiando de posición sobre el asiento para proteger el Track 0 y que nos quede algo donde sentarnos. Cruzamos el río unas 3 veces y por último nos esperaba el ascenso final unos 3 km.
La ruta estuvo Excelente, tanto así que todos quedamos con el deseo de repetirla nuevamente.
miércoles, 2 de febrero de 2011
martes, 1 de febrero de 2011
La ruta anhelada
“Club Manatí MTB”.
Salí con cuidado de la habitación, no sin antes dar un vistazo casi nostálgico a la cama, como evocando viejos recuerdos. El cuerpo que yacía a mi lado todavía descansaba tibio en medio de su lujurioso amorío con las sábanas blancas. Aceleré el paso para no caer de nuevo en falsas tentaciones y finalmente me vi al otro lado del umbral de la puerta. Salí a la terraza donde la noche anterior había dado mantenimiento a mi bicicleta Giant Anthem con doble suspensión Fox y componentes XT. Ahí la encontré fría y solitaria esperando por mí. Sentí alegría de verla, a mi incondicional compañera de viajes, la que nunca me había fallado, me acerqué a ella, la acaricié, observé que la cadena estuviera bien engrasada, tenté las gomas para confirmar que la cantidad de aire fuera la adecuada para la ruta, apreté las manecillas de los frenos para confirmar el ajuste que había hecho la noche anterior, y casi con ternura acaricié el sillín nuevo modelo Avatar de Gel con abertura prostática, que había comprado unas semanas antes y que estaba ansioso por probar. Llené la funda plástica del camelback con agua fría, con la previsión de no llenarlo completo para no agregar mucho peso a la montada, además de que conocía la ruta y sabía que había varios colmados donde reabastecerme de agua fresca, me puse las medias y abriendo con cuidado los pestillos de la puerta principal, dejé en la marquesina el casco, los guantes, el camelback y las zapatillas. Por experiencia sabía que tenía que ponerme las zapatillas de último para no despertar a nadie con el repiqueteo de los clips en el piso. Fui a la cocina de nuevo, pelé un guineo y lo hice desaparecer en mi boca. Luego llené un vaso con agua templada del bebedero y lo apresuré a mi estómago que ya comenzaba a emitir sus primeros cantos mañaneros. Comer y mantenerse hidratado, norma número uno de un mountain biker. Por último abracé mi bicicleta y la llevé con cuidado, sin tocar el suelo, para no hacer ruido con el sonido de maraca de los piñones y la deposité en la marquesina junto al resto del equipo. Entré de nuevo, me ajusté el IPod que había dejado junto a la llave de la casa en la mesa del vestíbulo, tomé la llave, cerré la puerta y cuando estaba colocando el cerrojo recordé que la noche anterior había limpiado los lentes de montar y estaban todavía en la mesita de noche de la habitación. Me volvió el frío, recordé la cama y las sábanas tibias, el cuerpo dormido. Abrí de nuevo la puerta de entrada y me dirigí con decisión al dormitorio. En el camino evoqué uno de los tramos más espectaculares de la ruta:
un trillo estrecho copado de árboles centenarios en lo alto de una loma, que luego desemboca en una de las vistas más hermosas del océano atlántico. Surreal sin duda.
Se me estaba haciendo tarde, los muchachos debían estar llegando al punto de encuentro. Los imaginé remontando el lomo de aquella loma salvaje, sin mí, y sentí envidia de ellos. Si no hubiera sido por los lentes ya estaría montado, pensé.
Abrí cuidadosamente la puerta de la habitación y un hálito de calidez, de sopor, de somnolencia abofeteó mi cara. Entré tanteando hasta que llegue a la cama. Me senté. Palpé con mis dedos la superficie de la mesita en busca de los lentes sin ningún resultado. Lo intenté varias veces de igual manera hasta que decidí encender la lámpara para no hacer más ruido. La luz del bombillo me deslumbró por unos instantes pero luego pude reconocer un pequeño bulto tirado en el suelo, los lentes. Los recogí y justo cuando iba a apagar de nuevo la lámpara, la vi. Era ella, mi verdadera compañera de toda la vida, mi amante incondicional, aquella que nunca me había fallado, estaba ahí, cálida y tierna, las sábanas, que antes la cubrían por completo, se habían corrido un poco y dejaban entrever algunos de sus componentes, su piel ámbar ahora brillaba por encima del blanco inmaculado del lecho, sus curvas, su derrier, su…pude incluso notar como el frío de enero actuaba sobre su epidermis, en sus piernas de bailarina, en su pecho. Sentí celos del frío. Me acerqué para cubrirla de nuevo con la manta de mis sueños, su cuerpo estaba caliente, hervía, la acaricié sutilmente para comprobarlo, mis dedos lo sentían ígneo, ardiente, abrasador, me pegué como por inercia para sentir en mi piel fría y desvelada el calor de sus miembros, levanté la sábana y la dejé caer sobre ambos, la abracé, poco a poco fui entrando en calor, ella se movió suavemente y me abrazó también, sentí arder la vaselina en mi entrepierna.
El sol comenzaba a despegarse las nubes de su rostro soñoliento, cuando aturdido por el placer que experimentaba en aquel momento, recordé vanamente en medio del ensueño un trillo estrecho copado de árboles centenarios en lo alto de una loma, que luego desembocaba en una de las vistas más hermosas del océano atlántico, y visualicé a los muchachos pedaleando en éxtasis total.
Apagué la luz y me acurruqué en su pecho.
Esa mañana no montaría …con los muchachos.